Sunday, February 6, 2011

NADINE HEREDIA, detrás de un gran hombre hay una gran mujer.



Ollanta Humala y Nadine Heredia,

A un mes de haber dado a luz, Nadine Heredia habla con CARETAS en su casa. Intercala ahora el cuidado de tres hijos con la reñida campaña electoral en la que su esposo, Ollanta Humala, es uno de los doce candidatos a la Presidencia de la República.

EL FACTOR Nadine
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A TRES MESES DE LAS ELECCIONES
Nadine, la esposa del candidato, sostiene que se están preparando para ganar en primera vuelta.

La ausencia de las esposas o pareja en los actos públicos de esta campaña electoral es notoria. Algunos no las tienen y otros las mantienen alejadas por diversos motivos.

La excepción es Mark, el esposo estadounidense de Keiko Fujimori, quien aparece esporádicamente. A Ollanta Humala también se le ve solo, la falta de Nadine se siente,más aún si se recuerda la campaña del 2006. En este caso, como se sabe, su alejamiento físico se debe a la llegada de su tercer vástago, el primer varón, quien nació hace un mes.

Son las 10:30 am y llegamos a la casa de los Humala en Surco. Mientras que ella termina de arreglarse para la entrevista, sus dos hijas Illary (8) y Nayra (5) se unen activamente a nuestras decisiones de producción. Sugieren al fotógrafo tomas y ángulos, nos cuentan sobre su hermanito menor y hablan sobre sus proyectos a futuro. Illary nos asegura que de grande quiere ser cantante y diseñadora de modas, mientras que la menor aún no ha decidido.

Al rato, cuando Nadine ya está lista, llegan los hombres de la casa, Ollanta Humala y el pequeño que ha sido bautizado con el nombre de Samin.
Allí se inicia el alboroto; fotos, poses, decisiones domésticas y una presión imperiosa: en una hora deben presentarse las listas parlamentarias.
La esposa del candidato se da un tiempo y se sienta en la terraza para conversar con nosotros.

La llegada de Samin no fue planificada por lo visto.
–No (ríe). Llegó en un momento bien complicado, pero nos ha traído la fortaleza que necesitamos para esta campaña que va a ser dura, que ya está siendo dura.

Pero la mantiene alejada de la campaña.
–¡Ah, no, yo me reincorporo ahorita! Incluso voy a hacer viajes con Ollanta. Siempre hemos trabajado así y eso nos da mucha fortaleza.

¿Llega a tener la famosa culpa de las madres que trabajan?
–Sí, bueno, lo que pasa es que tenemos la visión que vamos a estar en esto mucho tiempo y así fortalecemos a las niñas. Les decimos que si no estamos, siempre pensamos en ellas y que el trabajo que hacemos también es por el futuro de ellas y el de todos los niños del país.

Se las ve muy extrovertidas. ¿Participan de la campaña?
–Tratamos de mantenerlas alejadas, pero ellas son muy curiosas y quieren saber. Por ejemplo, el día en el que Ollanta hacía su exposición en la CADE, ambas se colaron a mi cuarto y mirando la televisión empezaron: “Esa es una buena propuesta de mi papá”, y luego la otra, “¡Mira mamá, qué elegante se le ve a mi papá!”.

¿Están al tanto de las denuncias que hay en su contra?
–Sabemos que en una interacción con otros chicos pueden decirles cosas. Por eso tratamos de que no reciban esa información de otros lados y se la contamos nosotros mismos. Les decimos que en el trabajo en el que estamos hay gente que nos quiere y que está con nosotros, pero que hay otros que son nuestros adversarios y que van a tratar de que no lleguemos a la Presidencia.

Sus seguidores son leales, pero las resistencias que tienen son más fuertes que con otras candidaturas.
–Seguro, porque nosotros estamos planteando un modelo de país diferente. Los otros candidatos lo que quieren es poner el piloto automático: son los intercambiables.

Nadine Heredia tiene 34 años, nació en Lima y es hija de padre ayacuchano y madre cajamarquina. Fue al Colegio María de las Mercedes en donde reconoce que era una buena alumna en los estudios, pero que tenía malas notas en conducta. “No era malcriada, sino que fui a un colegio de monjas y, si bien no me constreñía mucho el tener que usar la falda debajo de la rodilla, era movida pues”. En el 2005 fundó junto a su esposo Ollanta Humala el Partido Nacionalista del que actualmente es la Secretaria de Asuntos Internacionales, cargo que asegura no podría cumplir de no ser por el apoyo de su madre y hermanos.

¿No cree que Hugo Chávez les hizo mucho daño en la campaña pasada?
–Sí, y eso lo aprovechó muy bien Alan García. En ese período no solo viajamos a Venezuela, también estuvimos varias veces con Lula y nos reunimos con Néstor Kirchner, pero la única foto que se explotó fue la de Chávez.

Es que Chávez se expresó de una forma insultante contra García.
–No crea que no sentimos que nos había perjudicado. Efectivamente nos afectó.

Hay un sector de la población que les tiene miedo.
–Seguro, es un tema que se ha trabajado racionalmente: meter miedo con el tema de otros modelos extranjeros. Por ejemplo, hablamos de Venezuela. Meten miedo con ese tema cuando nosotros siempre hemos dicho que vamos a crear un modelo de país sin calco ni copia.

¿Marcan su distancia entonces?
–Nosotros no somos la persona que gobierna Venezuela ni tenemos las mismas ideas. No apostamos por la reelección presidencial porque creemos que la concentración de poder puede generar también corrupción, no creemos en un control de cambios y sabemos que muchas cosas que en otros países se están aplicando aquí no funcionan. Nunca hemos hecho una declaración en contra de la libertad de expresión. Por el contrario, uno de nuestros fundamentos es que la libertad de expresión ayude a la fiscalización de los gobiernos.

Hablan mucho de la corrupción en los gobiernos llamados de ‘derecha’. ¿No cree que en gobiernos ‘progresistas’, como el que los define a ustedes, no se cometen muchos atropellos en aras de la inclusión social?
–Sí, seguro, porque es humano. Todos los modelos no los hace un robot, los hacen seres humanos que cometen errores, y creo que el tema de la corrupción no es propiedad de un sistema de derecha; también la hay en otros sistemas.

Se dice que usted es el cerebro detrás de Ollanta.
–No, nosotros desde el comienzo hemos trabajado en equipo, así como también somos un equipo en la casa. Pero Ollanta es el líder del Partido Nacionalista y del sentimiento nacionalista en el país. Creo que ese lugar se lo ha ganado a punta de trabajo duro.

¿Qué tal si invertimos los papeles? Usted es la candidata y Ollanta ocupa su cargo.
–Como le dije, el líder del proyecto nacionalista es Ollanta, no hay manera de discutir eso.

Pareciera que las redes sociales han sido su salvación para mantenerse activa en la campaña luego de dar a luz. Está ‘twitteando’ como loca.
–Yo me metí al Twitter para que la gente recuerde. Los candidatos que tienen mayor poder adquisitivo, los más fuertes, como se autodenominan ellos, ‘los del pelotón de adelante’, hacen campañas preciosas en términos de marketing en donde el candidato aparece casi como un santo, cuando todos ya han sido gobierno. Entonces mi intención es que la gente recuerde y que no cometamos el error de olvidar lo que fueron.

¿Cómo anda su sensibilidad? Se han reabierto procesos y hay nuevas denuncias en su contra. ¿Cómo anda el cuero post parto?
–Mi cuero ya está curtido y más fuerte. La llegada de un nuevo miembro a la familia a uno le da esa sensación de querer comprometerse más con su familia y con su país.

¿Tirar la toalla?
–No, con Ollanta compartimos la idea que cuanto más nos golpean, más nos acercan a la gente. Cuando vamos a los mercados, a los asentamientos humanos y a los pueblos, la gente se persigna cuando ve a Ollanta y eso nos llena de fortaleza y esperanza.

Para ese momento, el celular de Nadine ya ha sonado varias veces y ha sido atendido por su asistente, quien está presente en la entrevista; Ollanta Humala se encuentra en otro espacio de la casa repasando su discurso para la presentación de listas. Samin duerme y a las pequeñas ni se les siente.

¿Quién manda acá, Ollanta o usted?
–¿Quién decide qué se va a cocinar en la casa? Yo. Pero lo demás, el orden, los valores, la disciplina, en eso Ollanta es muy seguro. Las niñas le tienen ley a su padre.

¿Es celoso?
–¿De quién, de sus hijas? Sí.

¿Y de usted?
–También, supongo. Todos los hombres son celosos.

¿Y usted es celosa?
–Mmm... (voltea y le pregunta a su asistente) “¿Soy celosa?” (ella asiente con la cabeza y una sonrisa). Sí, bueno, creo que todos somos un poco, pues. Es una forma de demostrar que te interesa el otro, que no es cualquier persona.

¿A qué edad se casó?
–A los 21 años, recién salida de la Universidad de Lima y en el momento en el que iniciaba mi maestría en la Universidad Católica.

¿Qué le enamoró de Ollanta?
–Primero su sonrisa y luego, ya en la conversación, ver que no era un militar estereotipado, duro, insensible y que no veía más allá de su cuartel.

Desde que fundó el partido en el 2005, ¿ha ganado o ha perdido amigos?
–Mi vida ha cambiado bastante. Casi no veo a mis amigos.

¿Me lo dice por tiempo o por un tema de ideología política?
–Por ideología no, porque siempre he pensado lo mismo. En la universidad ya tenía inquietudes políticas y participaba de todas las marchas en contra de la dictadura. Por eso me da rabia Toledo, porque yo como joven aposté por él y me sentí defraudada por su gobierno. Él era mi esperanza.

¿Por qué Toledo? Pareciera más que hubo una inclinación étnica, de raza.
–No, por su discurso de inclusión, de la lucha en favor de los pobres.

¿Pero no asegura que todos dicen lo mismo? ¿Será porque él representaba al cholo peruano que había salido de abajo?
–Puede ser, pero en ese momento él era el único que lo decía. Entonces mucha gente, incluso de izquierda, estuvo con él.

Pero la clase ‘pudiente’ también es parte de la sociedad. ¿No estaría haciendo una suerte de exclusión invertida?
–No queremos excluirlos. Todos somos peruanos y todos merecemos gozar de la riqueza de nuestro país.

¿Existe más desconfianza de los que más tienen que de los que menos tienen?
–No, nosotros queremos que esa clase pudiente, ese empresariado nacional, crezca. Queremos que más peruanos sean empresarios de éxito. No queremos quitarle al rico para favorecer al pobre. Yo soy un ejemplo de eso: mi padre vino de Ayacucho, vivió y fue dirigente de un asentamiento humano, trabajó en cementeras, ingresó a la Universidad de San Marcos y fue un gerente del Banco Industrial. Tenemos lo que tenemos gracias a su esfuerzo.

¿Qué piensa de PPK? ¿Un sancochado?
–No lo he probado, pero vamos a ver qué dice el pueblo. Cuando se mezclan papas con camotes, al final creo que no debiera resultar.

¿Keiko?
–Tiene el peso de la corrupción del gobierno en el que ella participó.

En el 2006 usted dijo: “Soy una convencida antiimperialista”. ¿No es algo trillado el término?
–Sí, bueno, uno viene de ciertas lecturas y es un término que ya no se utiliza. Hoy digo que no me gusta que un poderoso opaque al otro, no me gusta el abuso, ni de un país contra otro ni de una persona contra otra, ni de un hombre contra una mujer, ni de un gobernante contra su pueblo.

¿Qué piensa del ego y la vanidad en la política? ¿La considera necesaria?
–Claro, si tú no crees en tus proyectos, si no estás orgulloso, si no crees que es el más lindo y que es el que el país necesita, si tú no te lo crees, estás perdido.

¿Y de la vanidad en términos de imagen personal? Tenemos ejemplos como Michelle Obama, Jackie Kennedy, Cristina Kirchner. Ellas marcan un estilo.
–Creo que todas las mujeres tenemos algo de vanidosas siempre. Hay que ver que la vanidad no te consuma y te lleve a otro nivel. Pero, sí, ahora se ha vuelto más importante porque tú eres la imagen de tu proyecto y eso es lo que tienes que transmitir.

¿Trabaja en eso?
–No tengo asesor de imagen (ríe).

En ese momento se interrumpe brevemente la entrevista, Ollanta Humala sale y le anuncia a Nadine que ya es hora de partir. Ella le dice que vaya nomás, que ya le da el alcance. Se dan un beso y retomamos.

Se dice que detrás de todo candidato hay una mujer que lo ayuda a ganar o a perder las elecciones. ¿Qué dice?
–Yo espero que lo ayude a ganar. Mire, cuando uno no tiene claro quién es el líder del proyecto, allí puede hacer mucho daño. Yo tengo claro que el líder del proyecto nacionalista es Ollanta Humala y no hay vuelta que darle.

¿A qué primera dama admira?
–No sé... No le voy a dar nombres, pero creo que en general las primeras damas deben de acompañar al Presidente de la República en todo sentido: en el tema familiar, en el tema de la ayuda social y en el compromiso con el proyecto que está dirigiendo su esposo. Creo que mientras se mantenga allí y no trate de convertir un cargo honorífico en algo monetario, canalizando recursos a través de una fundación, está bien.

¿Qué piensa de Pilar Nores?
–Me parece una mujer respetable, como siempre lo he dicho. Más allá de los problemas familiares que pudiera tener y de cómo los soluciona. Ese es asunto de ella.

¿Sus hijas han visitado Palacio de Gobierno?
–No, pero creo que el colegio las va a llevar algún día.

¿No las han llevado por allí y dicho “ojalá algún día podamos vivir allí”?
–No sé si viviremos allí, no creo. Yo creo que vamos a mantener, si es que se llega a la Presidencia, nuestra vida normal.

Última pregunta, no le quito más tiempo, ¿Con Samin cierran el kiosko?
–Ya, ya lo cerré

Nos paramos y la asistenta le informa: “Nadine, el Comandante está en el teléfono”.

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