Friday, February 4, 2011

LOS BANDIDOS Y ASALTANTES DE LOS ARRIEROS OYOLINOS Y AYACUCHANOS

LOS BANDIDOS Y ASALTANTES DE LOS ARRIEROS OYOLINOS Y AYACUCHANOS:

1. 00 Autor :
Eduardo Maximiliano Narrea Huamaní, conocido por sus amigos como el Gran Chifú, escribe desde Houston Texas “La capital mundial de la Energía”, utiliza el nombre de pluma de “ El Cacique de los Andes”, "Desde la cuna de la ganadería americana para los ganaderos de Ayacucho".

2. 00 Dedicatoria :
A los Sempiternos llaneros oyolinos, que fue una casta de comerciantes que engrandecio a Villa Oyolo y a todo Parinacochas.

3. 00 Introducción:

Estas crónicas materia de mi relato sucedieron aproximadamente en los años de 1910 a 1940 , el centinela Huanipaco, y otros apus de los Andes son mudos testigos de estos sucesos, Al igual que las películas del oeste americano, y en muchos casos mucho más sanguinarias, porque existian pocos policias y estos normalmente estaban en los pueblos, los asaltos sucedian en las lejanas y polvorientas pampas de Apurímac y Ayacucho, en los caminos del Inca y en los vericuetos de serpenteantes caminos carro sables, sucedía el vandalismo y los asaltos de barbaros delincuentes que solamente esperaban el pasar de los arrieros para agredirlos y quitarles su preciada carga.

Siempre antes de cada salida de sus viajes, los arrieros oyolinos iban al templo de San Juan Bautista a orar al Señor de la Exaltación, con mucha fe y de rodillas hacían vigilia por toda la noche, encendían tres velas grandes que las traían desde el Cuzco y pedían al señor de la Exaltación que los acompañe en sus viajes, tenían mucha fe, para que los proteja en su largo viaje que podría durar, dos, tres o cuatro meses, y sus esposas bordaban una estampita del Cristo crucificado en la camisa de los arrieros, allí radicaba el secreto de los llaneros de los andes, allí en el templo cargaban sus baterías espirituales, y de esta forma con la fe se protegian del peligro. Y el saludo franciscano de "Paz y Bien" lo utilizaban los arrieros al ingresar a los diferentes pueblos.


En algunos lugares estratégicos de los Andes residían los asaltantes, eran los pasos forzados por cañadas y cañones geográficos en donde el camino es estrecho, allí los bandoleros esperaban a los arrieros, había que pasar de día por esos tramos, normalmente asaltaban a las tropillas más pequeñas y con pocos jinetes, ya que las caravanas mas grandes iban armados hasta los dientes y muchas veces los miraban y los dejában pasar.


Entre los peligros más frecuentes que se exponían los viajeros estaban las emboscadas, al pasar por valles estrechos, los pillos y bandidos esperaban que pasen entre las cañadas más estrechas para asaltarlos, por ese motivo se juntaban dos o tres arrieros con sus peones haciendo una cuadrilla numerosa para cuidar su tropilla de mulas, eran esos lugares los mas más alejados y peligrosos, por ese motivo llevar armas de fuego y municiones era común entre ellos y era fácil darse cuenta que los estaban siguiendo y observando, los pillos de la carretera siempre miraban cuanta carga llevaban y los más osados cobraban cupos para que la caravana pase por sus dominios que eran lugares desprotegidos.


4. 00 Los bandidos y asaltantes de arrieros


Hacer vigilia de noche mientras los demás duermen era cosa común entre los arrieros, la vigilia es muy importante porque hay que cuidar las cargas de todas las piaras, una noche oscura en que solo las luciérnagas y los murciélagos transitan por la oscuridad, un asaltante se acercaba a revisar que tipo de cargamento transportaban, y la mascota Capulí su fiel perro y escudero, que se da cuenta, por el susto la mascota segrego adrenalina y no podia ladrar, - solo gemía- y Víctor que dormía vigilante con un solo ojo y con un arma en la mano, da un salto felino y le pone el filoso cuchillo en la garganta, -sorprendiendo al delincuente- , este le dice que si va a matar no le corte la arteria yugular porque sufriría mucho desangrándose, mejor me cortas la médula espinal por la nuca para no sentir dolor, -me desnucas como al cututo o al conejo y moriré tranquilamente,lo decía suplicante. Víctor le amarro las manos con unas soguillas, le puso un pañuelo en la boca para que no grite y tomando una de las muchas redecillas de cuero lo colgó en la rama de un sauce y sin hacer mucho ruido desperto a todos sus camaradas, les dijo que podrían ser asaltados, y que mejor salgamos de ese lugar peligroso, y aparejaron las mulas y caballos, le quitaron las esquelas a la mula medrina, y sigilosamente apagando las brazas de leños que estaban al centro del campamento, con el silencio de noche toda la caravana partió en forma muy apurada, hasta que amaneció después de cuatro interminables horas, estaban cerca de un pueblo y allí volvieron a acampar y descansaron hasta medio dia, es posible que los bandidos no los siguieron por esa acción benévola de no dar muerte a ese asaltante y respetar la vida de un cristiano.


En una oportunidad mataron los arrieros a un famoso asaltante llamado (Huacra Puco), todavía Víctor era muy joven y el contó que los arrieros que acompañaban al arriero Don Calixto Alata cometieron este hecho de sangre, este asaltante al verse perdido se lanzo a un pozo artesiano de agua y los arrieros lo lacearon, lo sacaron del agua en venganza por los muchos asaltos que les había ocasionado y lo degollaron como al cuy, fue una barbarie, pero había que desaparecerlo, luego lo enterraron y todos callaron.


Víctor contó a nuestra madre Catalina que un pariente muy cercano a nosotros que siempre visitaba la casa de nuestros padres era hijo de un famoso asaltante de un pueblo del distrito de Chalhuanca en la provincia de Abancay. Siempre le cobraban peaje para protegerlo, mientras pasaba por ese pueblo, y que la primera vez le habían quitado media docena de mulas con su carga, habiéndose quedado herido en una lucha cuerpo a cuerpo ya que los asaltantes eran dieciocho bandidos contra diez y la pérdida de uno de sus peones que murió de un balazo en el estomago, hecho de sangre que asustó a los asaltantes que se llevaron a sus heridos después de una infernal pelea en donde campeó la ley de la selva- que es la ley del más fuerte-. Por este motivo los peones tenían que ser fuertes para repeler cualquier agravio, se llevaron seis mulas cargadas de hojas de coca y tejidos de lana de alpaca que debía entregar al día siguiente.


Solo una vez tuvo problemas con la policía nacional, que lo detuvieron en Coracora y estuvo preso por tres días, el motivo era que le decomisaron aguardiente por no tener los documentos en regla, habia extraviado los documentos de compra, perdió toda la carga , influencias de amigos cercanos como el arriero Don Filomeno Hugo del pueblo vecino de Lampa hicieron que se condone su pena que era supuestamente de trafico de licores, y Víctor tuvo que comenzar de nuevo porque le decomisaron todo el valor de su mercadería , perdió todo su dinero, regreso con sus mulas flacas que solamente cargaban sus redecillas y mantas vacías , pero eso no lo desanimaba más bien como el decía a veces hay que dar un paso atrás para dar dos hacia delante, si retrocedes debe ser solamente para tomar impulso, Además como dice el adagio Chino – el fracaso es la madre del éxito- y Víctor regreso a la costa a pescar,

En las lomas armó su carga de pescado seco salado y de esta forma se capitalizo de nuevo de dinero, demoro un año porque no podía volver con las mulas vacías y flacas – y que le iba a decir a su esposa- la familia pensaba que se había muerto, en los doce meses de ausencia hizo dinero por los negocios de la pesca del pescado seco salado, compro sus mallas de carga, las riendas que había perdido y nuevamente se recupero de todo lo perdido allí conoció a una mujer hija de familia y lo querían hacerlo casar al verlo solo, era una mujer blanca de pelo castaño algo rojiso y ojos azulados muy claros, era ligeramente más alta que él y era de origen europeo, los bellos de cutis de su piel eran rubios y ella se había enamorado perdidamente del pescador ayacuchano porque era muy trabajador, y era un excelente amante ya que era un asiduo consumidor de una cebollita andina llamada "maca" que tiene excelentes poderes energizarte y era vendido por el arriero y lo comercializaba solamente para conocedores y personas de mucha amistad, Don Víctor como todo gran caballero errante dedicaba su trabajo a su "dulcinea del Toboso más cercana" , él decía que tenía una madre viuda y tenía ocho hermanos, y que tenía que volver a su pueblo porque era el unico sosten de su madre viuda y sus hermanos. Llego a tener un hijo producto de sus amoríos en las lomas de Majes, y cada año regresaba a visitar al niño que nació blanco como su madre y tenía pelo castaño y cada año lo veía crecer y era buen mozo y quería que el arriero lo lleve en su caravana para conocer su pueblo de origen, pero el siempre decía -que después será, cuando seas más grande- y así paso el tiempo hasta que llego la modernidad por el transporte en ómnibus y camiones y el arriero dejo de viajar, quedo pendiente para la familia conocer a un miembro más de la familia.

Catalina soñó que su padre estaba vivo y que iba a volver trayendo muchas cargas, y su mamá no le creía, ella solo lloraba junto con su comadre y sus primas había pasado más de un año, y LA NIñA CatalIna les decía sus primas pequeñas que lA acompañen al canto del pueblo y allí apareció el perro Capulí moviéndole la cola a Catalina y le lamió su mano en señal de reconocimiento Víctor había regresado después de un año.




5.00Conclusiones:
Muy poco se sabe sobre estos bandidos y asaltantes, el solo nombrarlos encieran misterios y es fuente de muchas leyendas. Apurimac fue siempre temida por los arrieros , porque era el paso obligado de todos los arrieros de PARINACOCHAS en el camino por llegar al Cuzco,

Los arrieros siempre fueron madrugadores en el inicio de su trabajo, pero no por mucho madrugar amanece mas temprano, para uno que madruga hay otro que no duerme y esos eran los bandidos y asaltantes, ellos siempre estaban esperando el pasaje de los sempiternos caminantes para arrebatarles sus cargamentos.

Oyolo siempre fue el eje central y comercial de Parinacochas, por estar entre la costa y la ceja de selva. Recien despues de mucho tiempo de estar incomunicados , con la llegada de la carretera al pueblo de Oyolo, le ha llegado la modernidad, debemos poner un letrero que diga !bienvenido al mañana!, porque el mañana si existe y esta en Oyolo, ahora será moderna, vanguardista y atrevida porque ya le llegó el futuro. !Causachun pueblo aguerrido!.



“Chifú, El Cacique de Los Andes”

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