Sunday, February 6, 2011

NADINE HEREDIA, detrás de un gran hombre hay una gran mujer.



Ollanta Humala y Nadine Heredia,

A un mes de haber dado a luz, Nadine Heredia habla con CARETAS en su casa. Intercala ahora el cuidado de tres hijos con la reñida campaña electoral en la que su esposo, Ollanta Humala, es uno de los doce candidatos a la Presidencia de la República.

EL FACTOR Nadine
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A TRES MESES DE LAS ELECCIONES
Nadine, la esposa del candidato, sostiene que se están preparando para ganar en primera vuelta.

La ausencia de las esposas o pareja en los actos públicos de esta campaña electoral es notoria. Algunos no las tienen y otros las mantienen alejadas por diversos motivos.

La excepción es Mark, el esposo estadounidense de Keiko Fujimori, quien aparece esporádicamente. A Ollanta Humala también se le ve solo, la falta de Nadine se siente,más aún si se recuerda la campaña del 2006. En este caso, como se sabe, su alejamiento físico se debe a la llegada de su tercer vástago, el primer varón, quien nació hace un mes.

Son las 10:30 am y llegamos a la casa de los Humala en Surco. Mientras que ella termina de arreglarse para la entrevista, sus dos hijas Illary (8) y Nayra (5) se unen activamente a nuestras decisiones de producción. Sugieren al fotógrafo tomas y ángulos, nos cuentan sobre su hermanito menor y hablan sobre sus proyectos a futuro. Illary nos asegura que de grande quiere ser cantante y diseñadora de modas, mientras que la menor aún no ha decidido.

Al rato, cuando Nadine ya está lista, llegan los hombres de la casa, Ollanta Humala y el pequeño que ha sido bautizado con el nombre de Samin.
Allí se inicia el alboroto; fotos, poses, decisiones domésticas y una presión imperiosa: en una hora deben presentarse las listas parlamentarias.
La esposa del candidato se da un tiempo y se sienta en la terraza para conversar con nosotros.

La llegada de Samin no fue planificada por lo visto.
–No (ríe). Llegó en un momento bien complicado, pero nos ha traído la fortaleza que necesitamos para esta campaña que va a ser dura, que ya está siendo dura.

Pero la mantiene alejada de la campaña.
–¡Ah, no, yo me reincorporo ahorita! Incluso voy a hacer viajes con Ollanta. Siempre hemos trabajado así y eso nos da mucha fortaleza.

¿Llega a tener la famosa culpa de las madres que trabajan?
–Sí, bueno, lo que pasa es que tenemos la visión que vamos a estar en esto mucho tiempo y así fortalecemos a las niñas. Les decimos que si no estamos, siempre pensamos en ellas y que el trabajo que hacemos también es por el futuro de ellas y el de todos los niños del país.

Se las ve muy extrovertidas. ¿Participan de la campaña?
–Tratamos de mantenerlas alejadas, pero ellas son muy curiosas y quieren saber. Por ejemplo, el día en el que Ollanta hacía su exposición en la CADE, ambas se colaron a mi cuarto y mirando la televisión empezaron: “Esa es una buena propuesta de mi papá”, y luego la otra, “¡Mira mamá, qué elegante se le ve a mi papá!”.

¿Están al tanto de las denuncias que hay en su contra?
–Sabemos que en una interacción con otros chicos pueden decirles cosas. Por eso tratamos de que no reciban esa información de otros lados y se la contamos nosotros mismos. Les decimos que en el trabajo en el que estamos hay gente que nos quiere y que está con nosotros, pero que hay otros que son nuestros adversarios y que van a tratar de que no lleguemos a la Presidencia.

Sus seguidores son leales, pero las resistencias que tienen son más fuertes que con otras candidaturas.
–Seguro, porque nosotros estamos planteando un modelo de país diferente. Los otros candidatos lo que quieren es poner el piloto automático: son los intercambiables.

Nadine Heredia tiene 34 años, nació en Lima y es hija de padre ayacuchano y madre cajamarquina. Fue al Colegio María de las Mercedes en donde reconoce que era una buena alumna en los estudios, pero que tenía malas notas en conducta. “No era malcriada, sino que fui a un colegio de monjas y, si bien no me constreñía mucho el tener que usar la falda debajo de la rodilla, era movida pues”. En el 2005 fundó junto a su esposo Ollanta Humala el Partido Nacionalista del que actualmente es la Secretaria de Asuntos Internacionales, cargo que asegura no podría cumplir de no ser por el apoyo de su madre y hermanos.

¿No cree que Hugo Chávez les hizo mucho daño en la campaña pasada?
–Sí, y eso lo aprovechó muy bien Alan García. En ese período no solo viajamos a Venezuela, también estuvimos varias veces con Lula y nos reunimos con Néstor Kirchner, pero la única foto que se explotó fue la de Chávez.

Es que Chávez se expresó de una forma insultante contra García.
–No crea que no sentimos que nos había perjudicado. Efectivamente nos afectó.

Hay un sector de la población que les tiene miedo.
–Seguro, es un tema que se ha trabajado racionalmente: meter miedo con el tema de otros modelos extranjeros. Por ejemplo, hablamos de Venezuela. Meten miedo con ese tema cuando nosotros siempre hemos dicho que vamos a crear un modelo de país sin calco ni copia.

¿Marcan su distancia entonces?
–Nosotros no somos la persona que gobierna Venezuela ni tenemos las mismas ideas. No apostamos por la reelección presidencial porque creemos que la concentración de poder puede generar también corrupción, no creemos en un control de cambios y sabemos que muchas cosas que en otros países se están aplicando aquí no funcionan. Nunca hemos hecho una declaración en contra de la libertad de expresión. Por el contrario, uno de nuestros fundamentos es que la libertad de expresión ayude a la fiscalización de los gobiernos.

Hablan mucho de la corrupción en los gobiernos llamados de ‘derecha’. ¿No cree que en gobiernos ‘progresistas’, como el que los define a ustedes, no se cometen muchos atropellos en aras de la inclusión social?
–Sí, seguro, porque es humano. Todos los modelos no los hace un robot, los hacen seres humanos que cometen errores, y creo que el tema de la corrupción no es propiedad de un sistema de derecha; también la hay en otros sistemas.

Se dice que usted es el cerebro detrás de Ollanta.
–No, nosotros desde el comienzo hemos trabajado en equipo, así como también somos un equipo en la casa. Pero Ollanta es el líder del Partido Nacionalista y del sentimiento nacionalista en el país. Creo que ese lugar se lo ha ganado a punta de trabajo duro.

¿Qué tal si invertimos los papeles? Usted es la candidata y Ollanta ocupa su cargo.
–Como le dije, el líder del proyecto nacionalista es Ollanta, no hay manera de discutir eso.

Pareciera que las redes sociales han sido su salvación para mantenerse activa en la campaña luego de dar a luz. Está ‘twitteando’ como loca.
–Yo me metí al Twitter para que la gente recuerde. Los candidatos que tienen mayor poder adquisitivo, los más fuertes, como se autodenominan ellos, ‘los del pelotón de adelante’, hacen campañas preciosas en términos de marketing en donde el candidato aparece casi como un santo, cuando todos ya han sido gobierno. Entonces mi intención es que la gente recuerde y que no cometamos el error de olvidar lo que fueron.

¿Cómo anda su sensibilidad? Se han reabierto procesos y hay nuevas denuncias en su contra. ¿Cómo anda el cuero post parto?
–Mi cuero ya está curtido y más fuerte. La llegada de un nuevo miembro a la familia a uno le da esa sensación de querer comprometerse más con su familia y con su país.

¿Tirar la toalla?
–No, con Ollanta compartimos la idea que cuanto más nos golpean, más nos acercan a la gente. Cuando vamos a los mercados, a los asentamientos humanos y a los pueblos, la gente se persigna cuando ve a Ollanta y eso nos llena de fortaleza y esperanza.

Para ese momento, el celular de Nadine ya ha sonado varias veces y ha sido atendido por su asistente, quien está presente en la entrevista; Ollanta Humala se encuentra en otro espacio de la casa repasando su discurso para la presentación de listas. Samin duerme y a las pequeñas ni se les siente.

¿Quién manda acá, Ollanta o usted?
–¿Quién decide qué se va a cocinar en la casa? Yo. Pero lo demás, el orden, los valores, la disciplina, en eso Ollanta es muy seguro. Las niñas le tienen ley a su padre.

¿Es celoso?
–¿De quién, de sus hijas? Sí.

¿Y de usted?
–También, supongo. Todos los hombres son celosos.

¿Y usted es celosa?
–Mmm... (voltea y le pregunta a su asistente) “¿Soy celosa?” (ella asiente con la cabeza y una sonrisa). Sí, bueno, creo que todos somos un poco, pues. Es una forma de demostrar que te interesa el otro, que no es cualquier persona.

¿A qué edad se casó?
–A los 21 años, recién salida de la Universidad de Lima y en el momento en el que iniciaba mi maestría en la Universidad Católica.

¿Qué le enamoró de Ollanta?
–Primero su sonrisa y luego, ya en la conversación, ver que no era un militar estereotipado, duro, insensible y que no veía más allá de su cuartel.

Desde que fundó el partido en el 2005, ¿ha ganado o ha perdido amigos?
–Mi vida ha cambiado bastante. Casi no veo a mis amigos.

¿Me lo dice por tiempo o por un tema de ideología política?
–Por ideología no, porque siempre he pensado lo mismo. En la universidad ya tenía inquietudes políticas y participaba de todas las marchas en contra de la dictadura. Por eso me da rabia Toledo, porque yo como joven aposté por él y me sentí defraudada por su gobierno. Él era mi esperanza.

¿Por qué Toledo? Pareciera más que hubo una inclinación étnica, de raza.
–No, por su discurso de inclusión, de la lucha en favor de los pobres.

¿Pero no asegura que todos dicen lo mismo? ¿Será porque él representaba al cholo peruano que había salido de abajo?
–Puede ser, pero en ese momento él era el único que lo decía. Entonces mucha gente, incluso de izquierda, estuvo con él.

Pero la clase ‘pudiente’ también es parte de la sociedad. ¿No estaría haciendo una suerte de exclusión invertida?
–No queremos excluirlos. Todos somos peruanos y todos merecemos gozar de la riqueza de nuestro país.

¿Existe más desconfianza de los que más tienen que de los que menos tienen?
–No, nosotros queremos que esa clase pudiente, ese empresariado nacional, crezca. Queremos que más peruanos sean empresarios de éxito. No queremos quitarle al rico para favorecer al pobre. Yo soy un ejemplo de eso: mi padre vino de Ayacucho, vivió y fue dirigente de un asentamiento humano, trabajó en cementeras, ingresó a la Universidad de San Marcos y fue un gerente del Banco Industrial. Tenemos lo que tenemos gracias a su esfuerzo.

¿Qué piensa de PPK? ¿Un sancochado?
–No lo he probado, pero vamos a ver qué dice el pueblo. Cuando se mezclan papas con camotes, al final creo que no debiera resultar.

¿Keiko?
–Tiene el peso de la corrupción del gobierno en el que ella participó.

En el 2006 usted dijo: “Soy una convencida antiimperialista”. ¿No es algo trillado el término?
–Sí, bueno, uno viene de ciertas lecturas y es un término que ya no se utiliza. Hoy digo que no me gusta que un poderoso opaque al otro, no me gusta el abuso, ni de un país contra otro ni de una persona contra otra, ni de un hombre contra una mujer, ni de un gobernante contra su pueblo.

¿Qué piensa del ego y la vanidad en la política? ¿La considera necesaria?
–Claro, si tú no crees en tus proyectos, si no estás orgulloso, si no crees que es el más lindo y que es el que el país necesita, si tú no te lo crees, estás perdido.

¿Y de la vanidad en términos de imagen personal? Tenemos ejemplos como Michelle Obama, Jackie Kennedy, Cristina Kirchner. Ellas marcan un estilo.
–Creo que todas las mujeres tenemos algo de vanidosas siempre. Hay que ver que la vanidad no te consuma y te lleve a otro nivel. Pero, sí, ahora se ha vuelto más importante porque tú eres la imagen de tu proyecto y eso es lo que tienes que transmitir.

¿Trabaja en eso?
–No tengo asesor de imagen (ríe).

En ese momento se interrumpe brevemente la entrevista, Ollanta Humala sale y le anuncia a Nadine que ya es hora de partir. Ella le dice que vaya nomás, que ya le da el alcance. Se dan un beso y retomamos.

Se dice que detrás de todo candidato hay una mujer que lo ayuda a ganar o a perder las elecciones. ¿Qué dice?
–Yo espero que lo ayude a ganar. Mire, cuando uno no tiene claro quién es el líder del proyecto, allí puede hacer mucho daño. Yo tengo claro que el líder del proyecto nacionalista es Ollanta Humala y no hay vuelta que darle.

¿A qué primera dama admira?
–No sé... No le voy a dar nombres, pero creo que en general las primeras damas deben de acompañar al Presidente de la República en todo sentido: en el tema familiar, en el tema de la ayuda social y en el compromiso con el proyecto que está dirigiendo su esposo. Creo que mientras se mantenga allí y no trate de convertir un cargo honorífico en algo monetario, canalizando recursos a través de una fundación, está bien.

¿Qué piensa de Pilar Nores?
–Me parece una mujer respetable, como siempre lo he dicho. Más allá de los problemas familiares que pudiera tener y de cómo los soluciona. Ese es asunto de ella.

¿Sus hijas han visitado Palacio de Gobierno?
–No, pero creo que el colegio las va a llevar algún día.

¿No las han llevado por allí y dicho “ojalá algún día podamos vivir allí”?
–No sé si viviremos allí, no creo. Yo creo que vamos a mantener, si es que se llega a la Presidencia, nuestra vida normal.

Última pregunta, no le quito más tiempo, ¿Con Samin cierran el kiosko?
–Ya, ya lo cerré

Nos paramos y la asistenta le informa: “Nadine, el Comandante está en el teléfono”.

Friday, February 4, 2011

LOS BANDIDOS Y ASALTANTES DE LOS ARRIEROS OYOLINOS Y AYACUCHANOS

LOS BANDIDOS Y ASALTANTES DE LOS ARRIEROS OYOLINOS Y AYACUCHANOS:

1. 00 Autor :
Eduardo Maximiliano Narrea Huamaní, conocido por sus amigos como el Gran Chifú, escribe desde Houston Texas “La capital mundial de la Energía”, utiliza el nombre de pluma de “ El Cacique de los Andes”, "Desde la cuna de la ganadería americana para los ganaderos de Ayacucho".

2. 00 Dedicatoria :
A los Sempiternos llaneros oyolinos, que fue una casta de comerciantes que engrandecio a Villa Oyolo y a todo Parinacochas.

3. 00 Introducción:

Estas crónicas materia de mi relato sucedieron aproximadamente en los años de 1910 a 1940 , el centinela Huanipaco, y otros apus de los Andes son mudos testigos de estos sucesos, Al igual que las películas del oeste americano, y en muchos casos mucho más sanguinarias, porque existian pocos policias y estos normalmente estaban en los pueblos, los asaltos sucedian en las lejanas y polvorientas pampas de Apurímac y Ayacucho, en los caminos del Inca y en los vericuetos de serpenteantes caminos carro sables, sucedía el vandalismo y los asaltos de barbaros delincuentes que solamente esperaban el pasar de los arrieros para agredirlos y quitarles su preciada carga.

Siempre antes de cada salida de sus viajes, los arrieros oyolinos iban al templo de San Juan Bautista a orar al Señor de la Exaltación, con mucha fe y de rodillas hacían vigilia por toda la noche, encendían tres velas grandes que las traían desde el Cuzco y pedían al señor de la Exaltación que los acompañe en sus viajes, tenían mucha fe, para que los proteja en su largo viaje que podría durar, dos, tres o cuatro meses, y sus esposas bordaban una estampita del Cristo crucificado en la camisa de los arrieros, allí radicaba el secreto de los llaneros de los andes, allí en el templo cargaban sus baterías espirituales, y de esta forma con la fe se protegian del peligro. Y el saludo franciscano de "Paz y Bien" lo utilizaban los arrieros al ingresar a los diferentes pueblos.


En algunos lugares estratégicos de los Andes residían los asaltantes, eran los pasos forzados por cañadas y cañones geográficos en donde el camino es estrecho, allí los bandoleros esperaban a los arrieros, había que pasar de día por esos tramos, normalmente asaltaban a las tropillas más pequeñas y con pocos jinetes, ya que las caravanas mas grandes iban armados hasta los dientes y muchas veces los miraban y los dejában pasar.


Entre los peligros más frecuentes que se exponían los viajeros estaban las emboscadas, al pasar por valles estrechos, los pillos y bandidos esperaban que pasen entre las cañadas más estrechas para asaltarlos, por ese motivo se juntaban dos o tres arrieros con sus peones haciendo una cuadrilla numerosa para cuidar su tropilla de mulas, eran esos lugares los mas más alejados y peligrosos, por ese motivo llevar armas de fuego y municiones era común entre ellos y era fácil darse cuenta que los estaban siguiendo y observando, los pillos de la carretera siempre miraban cuanta carga llevaban y los más osados cobraban cupos para que la caravana pase por sus dominios que eran lugares desprotegidos.


4. 00 Los bandidos y asaltantes de arrieros


Hacer vigilia de noche mientras los demás duermen era cosa común entre los arrieros, la vigilia es muy importante porque hay que cuidar las cargas de todas las piaras, una noche oscura en que solo las luciérnagas y los murciélagos transitan por la oscuridad, un asaltante se acercaba a revisar que tipo de cargamento transportaban, y la mascota Capulí su fiel perro y escudero, que se da cuenta, por el susto la mascota segrego adrenalina y no podia ladrar, - solo gemía- y Víctor que dormía vigilante con un solo ojo y con un arma en la mano, da un salto felino y le pone el filoso cuchillo en la garganta, -sorprendiendo al delincuente- , este le dice que si va a matar no le corte la arteria yugular porque sufriría mucho desangrándose, mejor me cortas la médula espinal por la nuca para no sentir dolor, -me desnucas como al cututo o al conejo y moriré tranquilamente,lo decía suplicante. Víctor le amarro las manos con unas soguillas, le puso un pañuelo en la boca para que no grite y tomando una de las muchas redecillas de cuero lo colgó en la rama de un sauce y sin hacer mucho ruido desperto a todos sus camaradas, les dijo que podrían ser asaltados, y que mejor salgamos de ese lugar peligroso, y aparejaron las mulas y caballos, le quitaron las esquelas a la mula medrina, y sigilosamente apagando las brazas de leños que estaban al centro del campamento, con el silencio de noche toda la caravana partió en forma muy apurada, hasta que amaneció después de cuatro interminables horas, estaban cerca de un pueblo y allí volvieron a acampar y descansaron hasta medio dia, es posible que los bandidos no los siguieron por esa acción benévola de no dar muerte a ese asaltante y respetar la vida de un cristiano.


En una oportunidad mataron los arrieros a un famoso asaltante llamado (Huacra Puco), todavía Víctor era muy joven y el contó que los arrieros que acompañaban al arriero Don Calixto Alata cometieron este hecho de sangre, este asaltante al verse perdido se lanzo a un pozo artesiano de agua y los arrieros lo lacearon, lo sacaron del agua en venganza por los muchos asaltos que les había ocasionado y lo degollaron como al cuy, fue una barbarie, pero había que desaparecerlo, luego lo enterraron y todos callaron.


Víctor contó a nuestra madre Catalina que un pariente muy cercano a nosotros que siempre visitaba la casa de nuestros padres era hijo de un famoso asaltante de un pueblo del distrito de Chalhuanca en la provincia de Abancay. Siempre le cobraban peaje para protegerlo, mientras pasaba por ese pueblo, y que la primera vez le habían quitado media docena de mulas con su carga, habiéndose quedado herido en una lucha cuerpo a cuerpo ya que los asaltantes eran dieciocho bandidos contra diez y la pérdida de uno de sus peones que murió de un balazo en el estomago, hecho de sangre que asustó a los asaltantes que se llevaron a sus heridos después de una infernal pelea en donde campeó la ley de la selva- que es la ley del más fuerte-. Por este motivo los peones tenían que ser fuertes para repeler cualquier agravio, se llevaron seis mulas cargadas de hojas de coca y tejidos de lana de alpaca que debía entregar al día siguiente.


Solo una vez tuvo problemas con la policía nacional, que lo detuvieron en Coracora y estuvo preso por tres días, el motivo era que le decomisaron aguardiente por no tener los documentos en regla, habia extraviado los documentos de compra, perdió toda la carga , influencias de amigos cercanos como el arriero Don Filomeno Hugo del pueblo vecino de Lampa hicieron que se condone su pena que era supuestamente de trafico de licores, y Víctor tuvo que comenzar de nuevo porque le decomisaron todo el valor de su mercadería , perdió todo su dinero, regreso con sus mulas flacas que solamente cargaban sus redecillas y mantas vacías , pero eso no lo desanimaba más bien como el decía a veces hay que dar un paso atrás para dar dos hacia delante, si retrocedes debe ser solamente para tomar impulso, Además como dice el adagio Chino – el fracaso es la madre del éxito- y Víctor regreso a la costa a pescar,

En las lomas armó su carga de pescado seco salado y de esta forma se capitalizo de nuevo de dinero, demoro un año porque no podía volver con las mulas vacías y flacas – y que le iba a decir a su esposa- la familia pensaba que se había muerto, en los doce meses de ausencia hizo dinero por los negocios de la pesca del pescado seco salado, compro sus mallas de carga, las riendas que había perdido y nuevamente se recupero de todo lo perdido allí conoció a una mujer hija de familia y lo querían hacerlo casar al verlo solo, era una mujer blanca de pelo castaño algo rojiso y ojos azulados muy claros, era ligeramente más alta que él y era de origen europeo, los bellos de cutis de su piel eran rubios y ella se había enamorado perdidamente del pescador ayacuchano porque era muy trabajador, y era un excelente amante ya que era un asiduo consumidor de una cebollita andina llamada "maca" que tiene excelentes poderes energizarte y era vendido por el arriero y lo comercializaba solamente para conocedores y personas de mucha amistad, Don Víctor como todo gran caballero errante dedicaba su trabajo a su "dulcinea del Toboso más cercana" , él decía que tenía una madre viuda y tenía ocho hermanos, y que tenía que volver a su pueblo porque era el unico sosten de su madre viuda y sus hermanos. Llego a tener un hijo producto de sus amoríos en las lomas de Majes, y cada año regresaba a visitar al niño que nació blanco como su madre y tenía pelo castaño y cada año lo veía crecer y era buen mozo y quería que el arriero lo lleve en su caravana para conocer su pueblo de origen, pero el siempre decía -que después será, cuando seas más grande- y así paso el tiempo hasta que llego la modernidad por el transporte en ómnibus y camiones y el arriero dejo de viajar, quedo pendiente para la familia conocer a un miembro más de la familia.

Catalina soñó que su padre estaba vivo y que iba a volver trayendo muchas cargas, y su mamá no le creía, ella solo lloraba junto con su comadre y sus primas había pasado más de un año, y LA NIñA CatalIna les decía sus primas pequeñas que lA acompañen al canto del pueblo y allí apareció el perro Capulí moviéndole la cola a Catalina y le lamió su mano en señal de reconocimiento Víctor había regresado después de un año.




5.00Conclusiones:
Muy poco se sabe sobre estos bandidos y asaltantes, el solo nombrarlos encieran misterios y es fuente de muchas leyendas. Apurimac fue siempre temida por los arrieros , porque era el paso obligado de todos los arrieros de PARINACOCHAS en el camino por llegar al Cuzco,

Los arrieros siempre fueron madrugadores en el inicio de su trabajo, pero no por mucho madrugar amanece mas temprano, para uno que madruga hay otro que no duerme y esos eran los bandidos y asaltantes, ellos siempre estaban esperando el pasaje de los sempiternos caminantes para arrebatarles sus cargamentos.

Oyolo siempre fue el eje central y comercial de Parinacochas, por estar entre la costa y la ceja de selva. Recien despues de mucho tiempo de estar incomunicados , con la llegada de la carretera al pueblo de Oyolo, le ha llegado la modernidad, debemos poner un letrero que diga !bienvenido al mañana!, porque el mañana si existe y esta en Oyolo, ahora será moderna, vanguardista y atrevida porque ya le llegó el futuro. !Causachun pueblo aguerrido!.



“Chifú, El Cacique de Los Andes”

EL ULTIMO ARRIERO CHOLO DEL DISTRITO DE OYOLO, PROVINCIA DE PARINACOCHAS, AYACUCHO, PERU




"El último arriero cholo del distrito de Oyolo, provincia de Parinacochas, Ayacucho , Perú," se termino de escribir en la ciudad de Houston ,estado de Texas. U.S. "La Capital Mundial de la Energía".


Autor: Eduardo Maximiliano Narrea Huamaní,
"El Cacique de los Andes".


1.0 DEDICATORIA:

A mi abuelo Víctor Huamaní, que fue un sempiterno jinete de añeja montura que siempre metía espuelas de oro a sus interminables viajes a lo largo y ancho en la cordillera de los Andes.

De igual modo a: Andrés Huamaní, Antonio Peralta, Néstor Humala, Nemesio Humala, Daniel Narrea Alata (primo hermano de Saturnina Alata), Inocencio Alata, todos ellos arrieros oyolinos, cabalgaban juntos con su tropilla de mulas, peones, que hicieron un grupo muy fuerte y unido, fueron aguerridos jinetes, llamados “cocakepi" y a todas aquellas personas y familias oyolinas que descienden de esos indomables y valientes llaneros ayacuchanos.


2.0 INTRODUCCION:

Al tocar y acariciar con mis manos las piedras vírgenes de los Andes siempre capté la ternura y la solidaridad con mis antepasados. Junto a las inmensas rocas pétreas siempre me sentí muy pequeño en magnitud comparativamente con las descomunales rocas pétreas, mirando desde lo más alto de las montañas me sentía maravillado al observar los insondables valles interandinos, los campos de cultivo con sus mantos marrones y verdes siempre terminan en las quebradas de ríos profundos y al mirarlos desde lo más alto de las cumbres al igual que el águila y el cóndor, tuve siempre la impresión virtual de ser un soldado centinela que cuida la geografía de un país inmenso y arrugadísimo que guarda tesoros metálicos en sus entrañas.

Esta tesis emerge en la Cordillera de los Andes que es mi refugio, bastión y trinchera. Quiero compartir con Uds. Estas crónicas ayacuchanas que son un abrazo de peruanidad, sobre todo con las personas de la cuna de mis ancestros, las crónicas que les voy a contar estuvieron guardadas por mucho tiempo en mi subconsciente, quiero que sea un granito de arena en la historia de Oyolo y Parinacochas.



El objetivo preponderante al escribir estas líneas es llenar un vacío de cien años sobre los valientes llaneros del distrito de Oyolo en el departamento de Ayacucho. Don Víctor Huamaní Chamana, hijo de Don Julián Huamaní Calderón y de Doña Francisca Chamana Prado naturales del pueblo de Oyolo. Nació un 18 de Octubre en el año de 1,885. Fue el último arriero cholo, de toda una generación de arrieros, él y otros arrieros estuvieron por mucho tiempo en las páginas olvidadas de la historia, estas crónicas se desarrollaron en el siglo pasado alrededor de los años treinta, por esos años el distrito de Oyolo era un pueblo de comerciantes arrieros al igual que muchos de los pueblos de Ayacucho. Estas crónicas y leyendas fortalecerán a la esencia peruana, que es un país basto de valores, que sentó sus frutos y fundamentos en la herencia cultural de una hermosa nación milenaria.



Esta tesis EL ULTIMO ARRIERO CHOLO lanza a la posteridad a personajes anónimos que fueron pro-hombres del campo que no han tenido la oportunidad mostrarse a un mundo globalizado. Siempre recorrían por Cuzco, Ayacucho, Apurímac y Arequipa, siete arrieros oyolinos formando una gran caravana, cada uno con su tropa de mulas, siempre viajaban acompañados de hermanos, familiares y peones. Eran camaradas y compañeros de viaje: Víctor Huamaní, Andrés Huamaní, Antonio Peralta, Néstor Humala, Nemesio Humala, Daniel Narrea Alata (primo hermano de Saturnina), Inocencio Alata.



Los caminos carro sables y las trochas eran su mundo y su jaula de oro, eran polvorientas en verano y húmedas y frías en invierno en las rutas en su larga travesía por las regiones de costa, sierra y ceja de selva.



. 3.0 Crónicas sobre: “El último arriero cholo”.

Los arrieros cervantinos oyolinos y el bien ganado nombre de “Llaneros Oyolinos” fue una tierra de comerciantes y les decían por sobre nombre “cocakepi” , estos valientes jinetes que cabalgaron por las frías praderas llevando en sus alforjas la hoja seca de coca.

Fueron como las pepitas de oro nativo que se recogieron del río cuando estas brillaban muy intensamente, mezclados con las areniscas y los pequeños cantos rodados producto del trajinar en las aguas frías y cristalinas de los deshielos de las cordilleras.




Estas pepitas de oro estuvieron guardadas por mucho tiempo en un “capacho dorado” que en el argot idiomático de los arrieros de antaño era una bolsita de cuero confeccionado del escroto testicular de un novillo y servía para guardar las monedas o las pepitas de oro. Este tesoro era escondido muy secretamente, logrando tener muchos escondrijos, algunos lo guardaban bajo el colchón de lana de ovino, otros lo disimulaban en un cántaro de arcilla tapado por semillas de maíz o de habas secas, otros lo ponían bajo tierra en un pequeño cofre de madera y los mas temerarios los escondían en cantaros de barro en sus parcelas agrícolas, luego de sacarlos de su guarida lo tomaban entre sus manos, lo besaban, lo acariciaban y decían: -Un buen arriero vale su peso en oro-. Algunos levantaban su ego personal diciendo: -“valgo como las onzas de oro-”, y los más pedantes y presumidos guardaban el capacho dorado con sus pepitas de oro bajo el cincho de su correa.




En esa época el transporte era en barco a vapor y las mercaderías se trasladaban en acémilas conducidos por los comerciantes llamados arrieros, los naturales del pueblo de Oyolo tenían por sobre nombre cocakepi, porque eran comerciantes de coca, en sus alforjas acarreaban la hoja de coca de la selva del Cuzco para todos los pueblos de Ayacucho, transportaban las cargas de lana de ovino de muchos pueblos a Tambo Rúelas en Arequipa y para semana santa previa pesca en el mar de las costas de Arequipa, traían el pescado seco salado, el cochayuyo, de igual modo transportaban vino y aguardiente en odres y lo vendían en diferentes pueblos.




El abuelo nos visitaba cuando éramos niños una vez por año en la capital limeña y se quedaba a pernoctar en nuestra casa por dos semanas, venía de su pueblo natal para la matricula de su hijo Roberto en la capital limeña y allí nos contaba sus aventuras. Siempre busco un auditorio y sentándose en medio de la familia narraba sus periplos y mis hermanos gozaban al escucharlo, era un hombre sano y no frívolo, no masticaba la hoja de coca (chacchado) ni era alcohólico.

Al contar sus aventuras Don Víctor nos decía:

-Que no era el Quijote de la Mancha, que tiene muchas historia fantasiosas jaladas de los cabellos-, estas historias son verdaderas, muchas de ellas crudas, vividas en pellejo propio, elaboradas al sol del medio día y al frío helado nocturno de las punas, en mis travesías por los picos nevados de los Andes, al final del día nos sentábamos a descansar a la manera india alrededor del fuego después de descargar las acémilas y allí se contaban las peripecias y los problemas de las largas caminatas y se quedaban dormidos muchas veces vencidos por el indomable cansancio, reponían energías durmiendo sobre un pellejo de ovino dentro de una carpa, los vientos fríos con sus coplas de silbidos hieráticos nos acariciaban los tímpanos al igual que nuestras madres de cuna y dormíamos hasta que los primeros rayos del sol nos despertaba conjuntamente con al trinar y canturrear de las aves del campo y al canto del gallo, nos estirábamos como los felinos para olvidar lo soñado y así comenzaba un nuevo día.

Era su mundo y su rutina dentro de su jaula dorada, siempre la misma rutina se repetía en cada viaje: Al salir el sol se levantaban muy temprano, buscar leña para cocinarse en campo abierto, usaban el agua fresca de río y sus utensilios de cocina tradicionales eran: - la olla de barro, el plato de madera, el cucharon y las cucharas de palo, su tasa para el café era un poto de mate.




Ellos preparaban una precaria cocina a leña teniendo a las piedras más grandes como acompañantes. La artesanal olla de barro era la atracción y centro de gravedad más importante porque era la olla maestra, los ingredientes de ese suculento caldo llamado sopa brava ó sopa de arriero eran: la harina de maíz que la llamaban lagua, el trigo molido que era la cutipa, el mote pelado, el trigo pelado, trozos de quesillo, el charqui de res ó de llama, las habas secas, la sal para darle el toque del sabor.




Su fiambre, frío que básicamente consistía en maíz tostado y queso duro, algunas frutas secas como el durazno, membrillo, que su esposa Saturnina preparaba como fiambre con la ayuda de otras mujeres que eran la servidumbre del arriero. Llevaban también las habas tostadas, maíz tostado molido y el infaltable queso duro salado, y el llamado quesillo que era el queso sin sal que se usaba en las comidas y sopas, el charqui que es la carne seca diferentes animales: y puede ser de gallina, cordero, puerco, llama, res.



Cuando ya no tenían insumos para preparar sus alimentos era el perro Capulí, su fiel mascota, el que se encargaba de cazar vizcachas que son conejos silvestres y cuando alguna vez estuvo enfermo se tenían que contentarse con su fiambre frío de maíz tostado llamado –cancha- y queso duro salado. Y preparaban la sopa lagua por no decir la sopa toctoymote - solo unos granos de maíz mote están flotando en el caldo-. Me lo contaba riéndose, mi tío, el ex policía llamado macho Eusebio de Abancay.

Debo resaltar también que para hacer el ají molido usaban una piedra plana llamado batan en donde al compás de otra piedra redonda molían el ají, el huacatay, los dientes de ajo, el queso y luego de saborear sus alimentos en platos de madera y cucharas de palo reiniciaban una larga e interminable recorrido por los rincones más apartados de nuestra patria. Los descansos también los hacían en los tambos y allí desmontaban sus cargas para que descansen la piara y para poder reponerse de las energías perdidas y allí compraban alimentos que los cocinaban las mujeres que usaban polleras de vistosos colores y saboreaban exquisitos platos como la pachamanca, fatachupe ó sopa de mote, cuy chactado, rocoto relleno, papa a la huancaína, olluquito con charqui, picante de chuno, picante de cochayuyo, anticucho de carnero y otros potajes típicos porque en esos lugares llegaban los arrieros de diferentes lugares y mas parecía una feria que un lugar de descanso, y los animales tenían también que tomar agua y alimentarse con forrajes cortados que compraban o potreros que alquilaban. Mientras que los animales se alimentaban, ellos cuidaban de las cargas, como forasteros siempre fueron mirados de reojo por algunos pillos que al menor descuido le podrían hurtar sus valiosas pertenecías.



Siempre saludaba porque era buen forastero, y decía: que el que ingresa saluda- y si alguien no le contestaba el saludo él decía: - ¡Lo cortés no quita lo valiente, mi caballero! - Y nos contaba que en diferentes pueblos saludan de formas diferentes: en algunos pueblos dicen: buen día mi caballero y lo que más le llamo la atención fue en el norte, en el pueblo Huanca bamba (sierra) del país, ellos saludan cantando: Buenos días…… y les contestan: Día de Dios. Buenas tardes….. Tarde de Dios.




No tenía hijo varón en los primeros años de su matrimonio, sus primeros hijos eran mujeres, en total siete mujeres al inicio de su matrimonio y dos hijos varones al final. En una sola oportunidad viajo con su hija mayor Inés y la llevo al Cuzco y allí conoció a una tía, hija de Don Calixto Alata, en el valle sagrado de los Incas ( río Urubamba), ese viaje tuvo sus peligros como todos los viajes, y fue una experiencia inolvidable para la joven Inés que sabia montar caballo como una amazona, de regreso trajeron mucha ropa para su familia, trajeron una vicuña bebe que la atraparon en el camino porque recién había nacido, la criaron dándole leche de cabra.




Víctor descanso tres días en casa de su esposa para luego partir a dejar las cargas a otros pueblos, para eso tenía otra piara de mulas que estaban en descanso y partía con ellas, las acémilas en las largos viajes se adelgazan y pierden condición física y muchas veces se les marca el lomo y aparecen heridas por el rozamiento de la carga con la espina dorsal y también se desgastan los herrajes que había que cambiarlos.




Vestía siempre un poncho de alpaca de color marrón a rayas, hilado y tejido por Doña Saturnina, sombrero ayacuchano, pañuelo blanco al cuello, camisa de caqui, chompa pullover blanca de lana de ovino hilado y tejido por su esposa – gran merito de ella- y pantalón de lana comprado en el Cuzco ó blue Jean vaquero americano con una correa de doble fondo para llevar sus billetes, además usaba un cuchillo al cinto con su cartuchera burilado para su defensa personal.




El caballo ayacuchano llamado el famoso chusco andino era el compañero inseparable de todo arriero y el bien ganado nombre de “vaqueros Oyolinos”, tierra de bravos jinetes que cabalgan hasta ahora las frías praderas. Viajaba montado en un caballo blanco ó pinto con montura de cuero repujado, bozal de plata y riendas de cuero con incrustaciones de plata.




El arriero Víctor compro unas tierras comunales al pueblo de Oyolo llamado “Aypatinco”, se lo vendieron para reparar la Iglesia, está ubicado en la comunidad de Huancarane que pertenece a los tres barrios de Oyolo, esas tierras tienen un puquial y un llamicho cuidaba las ovejas de Víctor. Ese mismo llamicho era arriero de llamas y para el transporte en tiempos de cosecha llegaba al pueblo con trece llamas, doce eran para el dueño de la carga y una para el transportista, y Víctor muchas veces llevo las papas a la puna usando ese medio de transporte y el llamicho preparaba el chuno por muchos días , la papa se extiende en las noches y le echaban agua fría para que se congele y al día siguiente con el calor del sol se descongelaba y las papas comienzan a deshidratarse, siguiendo ese mismo paso por varios días las papas pierden humedad por termodinámica.




Víctor tenía un perro llamado Capulí que fue criado por él desde cachorro, fue criado a base de leche de cabra para pastor de ovejas, y cuándo grande cuidaba que la manada de ovejas siempre este junta y los protegía de los zorros que podrían llevarse a los corderos recién nacidos, se identifico desde cachorro con las ovejas y cabras, este fiel canino nunca se desprendía de Víctor cuando visitaba cada mes su rebaño de doscientas ovejas en las alturas, Capulí lo seguía por todas partes cuando estaba junto al rebaño, este animal moviéndole la cola seguía a Víctor por todos los lugares que el visitaba, ya que llevaba víveres para el llamicho encargado de cuidar sus animales que lo había dado al partir o sea que la mitad de toda la producción del hato era para el llamicho y la otra mitad para Don Víctor.




Como todo gran caballero tenía que tener un escudero y el escogió a su mascota Capulí para su acompañante y asistente , Víctor lo llevo junto a su caravana de mulas, un hijo de él sería su reemplazante como perro ovejero, era un perro grande, un chusco ayacuchano hijo de un pastor alemán - fiel mascota de mil combates- al que tenía que poner zapatitos de cuero para que cruce la cordillera en los picos nevados más altos , estos zapatitos lo forjaba en cuero de vaca el mismo Víctor para lo cual cortaba un cuero en redondo y hacia una cinta del mismo cuero pasándolo por los ojalillos nos lo contó mi madre Catalina que observaba lo más mínimo que hacia su padre.




Capulí fue su escudero en sus viajes, era un animal adulto, dócil y conocía los campos alto andinos y estaba acostumbrado a andar en las praderas heladas, fue sacado de su trabajo y lo acompaño en muchos viajes, recorrieron juntos por varios años, era un inseparable amigo, y cuando salían de pesca en el mar en una chalana a remos , el se posesionaba en un extremo del bote y después por las tardes y noches cuidaba del pescado seco salado que estaban sobre las piedras a las orillas del mar y ellos dormían en una carpa que tenía por soportes a unas costillas de ballena recogidas a orillas del mar.



Capulí cuando estaban de viaje acostumbraba dormir sobre un pellejo en la puerta de la carpa del arriero Víctor, una noche un puma de los Andes que es un felino del monte husmeaba de madrugada y mientras todos los arrieros dormían, husmeaba la carga de los arrieros y el olor a charqui, que es la carne seca lo había atraído desde lejos, el puma hembra de contextura flaca y hambrienta tenía que llevar carne para sus cachorros de camada y el trabajo de Capulí era de vigilar, ayudar a cuidar la carga mientras todos dormían y cuidar a su amo. El escudero Capulí enfrento a la hambrienta bestia que se estaba llevando un costillar de carne seca, siguió al puma hasta una colina y después de quince minutos de forcejeos y mordiscos el puma de los Andes lo mato después de una sanguinaria pelea ya que un fiero manotazo del puma hizo que Capulí cayera a un barranco profundo golpeándose la cabeza contra las rocas, en algún lugar de la cordillera de los Andes y bajo una cruz de madera que sostiene los zapatitos de cuero debe de estar la tumba secreta de la fiel mascota que fue enterrado con honores de héroe.




La caravana tenía su mula madrina llamada “Josefina” que tenía campanitas al cuello en señal de don de mando, las mulas tenían hasta tres clases de esquelas, la que mejor sonido tenia era porque tenía más aleaciones de oro,- lo recordaba Daniel que fue el último de los hijos del arriero-.

Los jóvenes viajaban con el solo propósito de conocer la ciudad imperial del Cuzco, la ceja de selva del Cuzco y de regreso llegar hasta el mar Océano Pacifico. Para un joven serrano es todo un espectáculo ver por primera vez el mar y con pie descalzo tocar las aguas frías del océano, le parece increíble ver tanta agua salada junta, ya que en los pueblos alto andinos solo pueden ver lagunas pequeñas y ríos profundos. Los recios cholos de brazos y tórax fuerte que eran sus peones, eran sus compañeros de un interminable camino y demoraban algunos meses en sus viajes como arrieros.


4.00 CONCLUSION :


Parinacochas es rico en tradiciones, costumbres, leyendas, y la tesis EL ULTIMO ARRIERO CHOLO juega un papel muy importante en la cultura de los oyolinos y LAS CRONICAS AYACUCHANAS SON UN ABRAZO DE PERUANIDAD.

El último arriero cholo pasará a la historia como una joya familiar del pueblo de Oyolo y es un mensaje para los lectores de un mundo globalizado, es un dibujo ecológico perfecto de la naturaleza alto andina, allí observando sus praderas observe el amanecer y el atardecer y con el frio helados de sus vientos me inspire gracias a las brizas del recuerdo. - lo escribí pensando en el viejo arriero Víctor, recordando las visitas que nos hacía a la capital limeña cuando niños.
Sinceramente.
EL CACIQUE DE LOS ANDES,

Derechos de Autor, ING. Zootecnista EDUARDO MAXIMILIANO NARREA HUAMANI, eduardonarrea@hotmail.Com
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